lunes, 25 de febrero de 2013

EL TREN DE LA VIDA


Recuerdo una conversación que tuve hace unos meses, casi hará un año con una gran amiga.. Mi tía para entonces estaba enferma de cáncer, un cáncer terminal, que algún día la apartaría de nuestras vidas.. Mi amiga me decía que ahora mismo ella, al igual que todos nosotros, estaba subida a un tren, pero en su caso era un tren de alta velocidad, el cáncer le había dado velocidad y fuerza para que el tren alcanzara su objetivo, y estaba en manos de los médicos ralentizar ese viaje..
Y así es como empecé a pensar en el tren en el cual vamos, porque todos, y cada uno de nosotros estamos subidos en él. Nacemos en ese tren junto a nuestros padres y su amor irreemplazable  ellos nos acompañan durante una larga etapa del viaje enseñándonos a viajar hasta que ya sabemos hacerlo por nosotros mismos..
 Unos van despacio, miran por la ventana y van disfrutando de los paisajes, momentos y lugares que el viaje les lleva, dejando subir a gente en su vagón  gente con la que quieren compartir ese viaje. A otros les gusta viajar solos, no suelen mirar por la ventana ni desean conocer lugares ni compartir momentos..
También hay veces que ese tren sufre un accidente durante el viaje, y llegan antes de tiempo a su destino.
Todos queremos llevar en nuestro vagón a nuestros seres queridos hasta el final del viaje, pero hay veces que deben coger otro tren, simplemente quieren bajarse o ya se han bajado y nadie a notado su ausencia, sin embargo otros dejan un gran vacío y dolor.
Lo importante es viajar con la gente a la que quieres, querer y sentirte querido, y hacer que en ese vagón se respire paz y amor.

El revisor para mi es la salud. Es aquel que decide que todos podemos viajar juntos, o si alguno debe coger un tren de alta velocidad para así llegar antes a su destino, a pesar de que nadie del vagón esté de acuerdo  él manda y decide parcialmente quien llegará antes a su destino, quien sufrirá durante el viaje o quien viajará siempre en primera clase. El revisor trabaja al azar, no tiene en cuenta con quien viajas, tus progresos y logros durante el viaje, lo bien que has mantenido ese vagón, esa información le es en vano, tiene el destino en su poder y ni el dinero o el amor podrán hacer que cambie de opinión.
Lo importante es, que dure lo que dure el viaje, viajes a gusto, disfrutes de los paisajes que te brinda el trayecto, hagas paradas donde más te apetezca, cuides el vagón en el cual vas subido y des amor a todos los que van en él, son tus compañeros de viaje y al igual que tu, llegaran a su destino tarde o temprano. Cuando lleguemos al destino, y podamos mirar el camino que hemos recorrido, debemos sonreír  estar orgullosos de nuestro viaje, felices de haberlo hecho con quien ha estado allí y contentos porque allí, en ese destino, nos encontraremos con los que bajaron antes que tu.
Hagamos que nuestro viaje tenga un significado y que haya valido la pena y que cuando bajemos nuestro asiento deje bonitos recuerdos para los que siguen viajando en el tren de la vida.

Hoy le doy mi más sentido pésame a la familia de Jesús Martinez, padre de mi amiga Vero. Él bajó del tren esta mañana dejando una gran ausencia y un vacío en nuestros corazones. D.E.P

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