Recuerdo una conversación que
tuve hace unos meses, casi hará un año con una gran amiga.. Mi tía para
entonces estaba enferma de cáncer, un cáncer terminal, que algún día la
apartaría de nuestras vidas.. Mi amiga me decía que ahora mismo ella, al igual
que todos nosotros, estaba subida a un tren, pero en su caso era un tren de
alta velocidad, el cáncer le había dado velocidad y fuerza para que el tren
alcanzara su objetivo, y estaba en manos de los médicos ralentizar ese viaje..
Y así es como empecé a pensar en
el tren en el cual vamos, porque todos, y cada uno de nosotros estamos subidos
en él. Nacemos en ese tren junto a nuestros padres y su amor irreemplazable
ellos nos acompañan durante una larga etapa del viaje enseñándonos a viajar hasta
que ya sabemos hacerlo por nosotros mismos..
Unos van despacio, miran por la ventana y van
disfrutando de los paisajes, momentos y lugares que el viaje les lleva, dejando
subir a gente en su vagón gente con la que quieren compartir ese viaje. A otros
les gusta viajar solos, no suelen mirar por la ventana ni desean conocer
lugares ni compartir momentos..
También hay veces que ese tren
sufre un accidente durante el viaje, y llegan antes de tiempo a su destino.
Todos queremos llevar en nuestro vagón a nuestros seres queridos hasta el final del viaje, pero hay veces que
deben coger otro tren, simplemente quieren bajarse o ya se han bajado y nadie a
notado su ausencia, sin embargo otros dejan un gran vacío y dolor.
Lo importante es viajar con la
gente a la que quieres, querer y sentirte querido, y hacer que en ese vagón se
respire paz y amor.
El revisor para mi es la salud.
Es aquel que decide que todos podemos viajar juntos, o si alguno debe coger un
tren de alta velocidad para así llegar antes a su destino, a pesar de que nadie
del vagón esté de acuerdo él manda y decide parcialmente quien llegará antes a
su destino, quien sufrirá durante el viaje o quien viajará siempre en primera
clase. El revisor trabaja al azar, no tiene en cuenta con quien viajas, tus
progresos y logros durante el viaje, lo bien que has mantenido ese vagón, esa
información le es en vano, tiene el destino en su poder y ni el dinero o el
amor podrán hacer que cambie de opinión.
Lo importante es, que dure lo que
dure el viaje, viajes a gusto, disfrutes de los paisajes que te brinda el
trayecto, hagas paradas donde más te apetezca, cuides el vagón en el cual vas
subido y des amor a todos los que van en él, son tus compañeros de viaje y al
igual que tu, llegaran a su destino tarde o temprano. Cuando lleguemos al
destino, y podamos mirar el camino que hemos recorrido, debemos sonreír estar
orgullosos de nuestro viaje, felices de haberlo hecho con quien ha estado allí
y contentos porque allí, en ese destino, nos encontraremos con los que bajaron
antes que tu.
Hagamos que nuestro viaje tenga
un significado y que haya valido la pena y que cuando bajemos nuestro asiento
deje bonitos recuerdos para los que siguen viajando en el tren de la vida.
Hoy le doy mi más sentido pésame
a la familia de Jesús Martinez, padre de mi amiga Vero. Él bajó del tren esta
mañana dejando una gran ausencia y un vacío en nuestros corazones. D.E.P
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